BSR Valladolid:.

Con la quinta plaza en juego, se encontraron en la pista anexa del polideportivo Pisuerga el Rollis Zwickau y el Stefano Sport. Dos conjuntos que han dejado un gran sabor de boca en esta edición de la Champions Cup, pero que se han visto obligados a bajarse antes de tiempo del tren, víctima de la lógica que imponen las grandes potencias europeas en el marco del baloncesto en silla de ruedas.

Sobre este escenario, comenzó una obra marcada por la igualdad en sus primeros instantes (6-6). Apretó el Zwickau el acelerador gracias al buen hacer de sus anglosajones (Choudhry, Sealy y Doody), obligando al Santo Stefano a ir a rebufo de la carrocería germana.

Sin Kim sobre la pista y con Manning candado por la ordenada defensa teutona, la escuadra italiana comenzó a perder presencia (13-6), anulados por la intimidatoria fuerza de Pohlmann y Balcerowski en la pintura. Cuando Kim entró en juego, el Stefano encontró ese punto de intensidad que le faltaba, llegándose a colar en la fiesta alemana cuando el primer cuarto llegaba a su fin (17-15).

Fue el coreano el que devolvió la igualdad al luminoso en el arranque del segundo cuarto. Un espejismo. El Rollis Zwickau cogió aire y probó otra escapada comandada por su ejército polaco. Rostilav Pohlmann se encargó de asestar el primer golpe severo del segundo round, con una jugada de 2+1 que volvía a colocar cinco puntos de ventaja en el casillero alemán (24-19). A partir de ese momento, el Stefano Sport cayó al vacío. El equipo de Reoberto Ceriscioli se mostró fuera de sí, nervioso y cansado, hasta el punto de sortear balones que caían en las manos de un Gaz Choudhry que trabajó para el equipo, dejando en el armario la chaqueta de protagonista con la que le había tocado vestirse en eliminatorias anteriores (30-21).

Kim y Manning pusieron al Stefano a sus espaldas logrando rascar en el luminoso, pero un centrado Rollis, por mediación de Matt Sealy, colocó casi sobre la bocina un marcador capicúa (43-34) que dejaba patente la superioridad germana.

En la segunda parte Santo Stefano salio con el deseo de arreglar la estropeado en el primer tiempo. Una salida en tromba que le permitió acercarse hasta los cinco puntos y que obligo al tecnico alemán a pedir tiempo muerto. A partir de ahí y con la entrada de Pohlman y Doody en los germanos las cosas volvieron a su cauce, y la ventaja se mantuvo en la decena de puntos al termino del tercer cuarto.

En los últimos diez minutos Zwickau buscó administrar su renta pero las acciones un poco a la desesperada de los transalpinos les permitieron llegar al último minuto todavía con opciones. Un triple de Tanghe y una canasta con tiro adicional de Kim dieron al Santo Stefano la posibilidad de ganar el partido, pero no fue así y Zwickau se llevo el triunfo y la quinta plaza de la Champions Cup, 85-81